El título que he decidido ponerle a mi primera aportación en el debate, tiene mucho que ver con mi opinión respecto a la Educación 2.0. Si bien no renuncio para nada a la educación tradicional, entendida como el uso del libro de texto como base y casi único material sobre el que sustentar la clase, pienso que es necesario introducir nuevas herramientas que nos permitan darle una nueva vitalidad a la docencia.
Así pues, mi postura se encontraría en un punto intermedio entre las formas clásicas y el uso de las TIC, pero decantando la balanza hacia el segundo aspecto, hacia el que indudablemente tendría que dirigirse la educación del presente y del futuro si pretende ser efectiva y conseguir mejores resultados que los actuales.
Eso sí, no hablo de hacer un trasvase de contenido del libro de texto a un soporte tipo Power Point creyendo que así es más atractivo para el alumno, sino emplear las herramientas de las que disponemos para lograr un cambio metodológico.
Partir de las TIC y hacer cosas interesantes para nuestros alumnos, puede colocar en una situación de ventaja al docente que sepa adecuar sus materiales a los nuevos tiempos.
Ahora bien, ¿qué hacemos con los "trogloditas"? (siguiendo la viñeta de la introducción del debate) En mi opinión, todas las personas por mayores que sean, si se sienten con ganas de innovar, pueden conseguir hacer cosas. La innovación no tiene que ver con la edad, sino con la dedicación y las ganas de seguir actualizándose, es decir, con el amor por esta profesión.
Así pues, hoy por hoy creo que estamos un poco lejos de la Escuela 2.0, pero es el camino a seguir, el objetivo. Por eso me decanto por esta, sin fanatismos, sino en la medida en que pueda aportar soluciones y hacer mas eficiente la educación.
En este sentido, os animo a que leáis el artículo sobre el que hice la práctica IV, puesto que ya me anticipé al debate y dejé claros algunos puntos de vista personales.
Si bien no renuncio para nada a la educación tradicional, entendida como el uso del libro de texto como base y casi único material sobre el que sustentar la clase...
ResponderEliminarEso queda un poco raro... ¡exijo que te detractes! Aunque sólo tengas papel y pizarra, muchos libros necesitan que se les haga caso omiso, porque hay textos y actividades que, como quien dice, tiran para atrás. Hay libros que parecen haber sido redactados para desmotivar. Se pueden plantear actividades y maneras distintas de enseñar y aprender castellano y descubrir la literatura sin TIC.
Por otro lado, salvo por esa observación meticulosa tirando a pedante, he de decir que conicido contigo: no se puede trasvasar una enseñanza moribunda a soportes y medios nuevos y esperar que sobreviva, como las transfusiones de sangre al paciente agonizante no son sino un desperdicio de plasma.
Con esa afirmación sobre la educación tradicional, me refiero a entendiéndola así, no quiero decir que sea esa. Puede ser un fallo en la redacción...
EliminarPor lo demás y aclarado esto -y si nada más necesita serlo- me alegra mucho que compartas mi opinión!
Por supuesto que se pueden hacer clases estupendas descubriendo la literatura y la lengua castellana sin TIC pero son una herramienta y se puede sacar mucho partido de ellas si se saben manejar bien. Lo que está claro es que usando un power point para poner el mismo texto que tienen en el libro no se consigue nada. Desde mi punto de vista, los docentes necesitan mayor formación para poder usar de manera adecuada todo el mundo de las TIC.
ResponderEliminarSí, necesitan mayor formación, pero una cosa está clara; hoy en día todo docente puede acceder a cursos en los que se enseña a utilizar mínimamente estas herramientas (e incluso la mayoría se imparten en los propios centros y son gratuitos), por ello quien no los hace es porque prefiere anclarse en la educación tradicional o simplemente no tienen interés por modernizarse. De ahí que haga hincapié en la dedicación y el amor por la profesión.
EliminarComo bien ha señalado Raquel, yo también me inclino por un balanza entre lo tradicional y el uso de las TIC. Pienso que combinándolo todo en su justa medida se pueden realizar clases estupendas, el uso de las TIC no obliga a abandonar los libros en formato papel. Evidentemente, tenemos que utilizar las TIC y nos tenemos que actualizar al mismo tiempo que los recursos se van modernizando. Además, mediante los blogs y las diversas herramientas que hemos ido descubriendo en clase creo que todos estaremos de acuerdo en que se pueden hacer muchísimas cosas para trabajar la lengua y la literatura desde otra perspectiva. En este sentido, tampoco podemos pensar que sin TIC las clases solo pueden ser magistrales y se limiten al libro de texto, "-¡ Actividad 1,2,3,4....página ....!-." NOOO. Lo importante e imprescindible es querer hacer cosas diferentes, divertidas, originales, acordes a nuestros alumnos y a la era digital en la que vivimos. Si el profesor tiene este espíritu se adaptará perfectamente a los recursos de los que disponga el centro, sean más o menos, mejores o peores.
ResponderEliminarYo comparto vuestras ideas, pero me gustaría resaltar que es necesario que los métodos de enseñanza/aprendizaje se adapten a las necesidades de los destinatarios de los mismos, es decir, al alumnado. De manera que si tenemos claro que nuestros alumnos son nativos digitales, que están familiarizados con ese mundo y lo manejan con soltura, estaremos más cerca de llegar de sus mecanismos de asimilar los contenidos, de relacionarse con el medio... No quiero decir con esto que el sistema tradicional está condenado a una muerte lenta, nosotros somos el resultado de él y en apariencia no estamos tan mal, pero sí creo que la sociedad está cambiando, los niños/jóvenes también lo están haciendo, y la educación debe ser capaz de seguir ese camino. Esto no garantiza que los resultados serán mejores, ni peores... El profesor y su metodología, su ilusión por el trabajo y su dedicación (que decía Raquel) son claves en el sistema educativo.
ResponderEliminarUna combinación de todo, un poco de acá y un poco de allá, son la mejor garantía que se me ocurre.
Comparto contigo, Isa, la idea de combinación. Porque está claro que si un profesor se dedica única y exclusivamente al uso de las TIC y deja de lado todo lo tradicional está renunciando a otro tipo de educación que, algo bueno tiene. Usar, pues como tú has dicho, un poco de por aquí y un poco de por allá para garantizar a los alumnos un buen aprendizaje y una enseñanza de calidad.
EliminarMuy buena reflexión. Antes de nada, edita la entrada y enlaza tu entrada de la práctica IV para facilitar la lectura. Y sigo de acuerdo con muchas de las ideas que planteáis. Las TIC no deben ser el centro del proceso de aprendizaje, si no simplemente, otro recurso más (muy importante sin duda). Y sobre la formación del profesorado, además de los cursos en los centros, hay infinidad de tutoriales y ejemplos en internet, por lo que el aprendizaje autónomo es también otra opción. El/la que no aprende a usar las TIC, es porque no quiere.
ResponderEliminarComparto todas las opiniones de mis compañer@s, nunca es bueno ser extremistas. Es evidente que los tiempos han cambiado y que también el trabajo del profesor ha sufrido unos cuantos cambios. Pero no tenemos que olvidar que utilizar herramientas TIC significa automáticamente adaptarnos a nuestros alumnos “nativos-digitales”, es importante también cómo se utilizan estas herramienta. Como afirma Raquel y retomando un tema afrontado ya en el debate de “Los exploradores tácticos” (http://exploradorestacticos.blogspot.com.es/), un power point puede ser una herramienta útil a la hora de explicar contenidos teóricos pero utilizado simplemente de esta forma no aporta mucho. Pero la misma herramienta se puede utilizar para crear ejercicios dinámicos que enganchen a los alumnos y que al mismo tiempo les sirvan para memorizar contenidos teóricos.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con una postura “intermedia”, las TIC son una herramienta más, te facilitan mucho la vida como profesor porque además puedes encontrar una infinidad de materiales para inspirarte, y en el aula son muy bien recibidas. Me gustaría hacer una reflexión que a lo mejor no tiene una conexión muy estrecha con el debate, pero que puede plantear otras perspectivas de utilidad de su integración al aula. Durante mis prácticas, he tenido casión de escuchar a varios profesores quejándose de ese o aquel elemento problemático de la clase, de no saber cómo gestionar este tipo de “problemas”. Seguimos, pues, con la idea de que la tarea del profesor consiste en detectar esos elementos “impuros”, la hierba mala, y estirparla, porque si se deja crece y crece. Como si fuera la única solución. ¿A qué no hemos pensado en qué algo falla en nuestra manera de dar clase? Porque no aprovechar las herramientas TIC, con una didáctica más participativa y motivadora, básandose en el trabajo cooperativo, en la investigación, en el aprendizaje compartido. Quizás estos nuevos planteamientos nos ayuden a motivar a los alumnos más difíciles, a integrarlos perfectamente en el grupo. Parece que el profesor ya se siente perfecto en su tarea, como si en nuestra profesión no tuvieramos que seguir aprendiendo, buscando alternativas, actualizándonos, para poder desarrollar estrategias que nos permitan luchar por los retos que la clase nos plantea a diario. Y a aquellos profesores que piensan no necesitar seguir estudiando, les aconsejaría buscarse otro trabajo, porque la atención a la diversidad del alumnado es fundamental, y no podemos pensar en atender las necesidades solo de los “buenos”. Hay que promover una didáctica activa, motivadora, y las herramientas TIC creo podrían ser una valiosa alternativa.
ResponderEliminarLetizia, me parece una aportación muy interesante la que has hecho. Es que muchos profesores no se dan cuenta de que hay diversidad, de que no todos los alumnos son iguales y que no aprenden de la misma forma. Lo que para unos puede ser algo muy motivador a los otros les puede aburrir. Está claro que ser docente no es la tarea más fácil del mundo pero hay que estar siempre al pie del cañón. Si hace falta hacer cursos, se hacen porque hay que adaptarse a los nuevos tiempos, al cambio y sin duda a los alumnos. Tengo la sensación de que los profesores todavía piensan -no todos- que son los estudiantes los que se tienen que adaptar a ellos pero... ¡no se dan cuenta que debe ser al contrario! Muchos docentes pasan más horas con los jóvenes que sus propios padres y todavía no se han dado cuenta que deben conocerlos y adaptarse a ellos. Dar clase no es llegar a las nueve de la mañana y marcharse cincuenta minutos más tarde sin conocer el nombre de sus alumnos o sin mirarlos a la cara... Está claro que no es una profesión sencilla pero es bonita y al que no le parezca así, que se busque otra faena.
EliminarRaquel comparto totalmente tu opinión, la edad nunca puede ser una excusa para quedarse atrás, pues todo depende del interés y el esfuerzo que cada uno haga por superarse a sí mismo.
ResponderEliminarPor otra parte, no tiene sentido, tal y como indicas, que las TIC constituyan un mero soporte alternativo al libro de texto, pues de ser así, bastaría con continuar con el modelo tradicional.
La Escuela 2.0 debe empezar a ser una realidad, y no una simple aspiración futura, pero para ello antes tendremos que prepararnos a conciencia.
Raquel estoy de acuerdo contigo en no adoptar una actitud fanática respecto de las TIC o la escuela 2.0. De nada sirve utilizar los recursos para repetir una metodología obsoleta.
ResponderEliminarSi hay que cambiar, comencemos el cambio adaptándolo a las herramientas "analógicas", para continuar el avance hacia una escuela 2.0, pero sin perder de vista que las TIC no son el objetivo en sí mismo, sino un recurso que apoye el proceso educativo.
Como apunta Raquel, muchas veces no hacemos un uso adecuado de las TIC. La Escuela 2.0 no es solo poner un documento digitalizado y hacerlo accesible a los alumnos. De hecho, los libros electrónicos (de los que ya se habló en otro debate) tampoco están todavía muy desarrollados y se limitan a ser copias de libros de texto impreso. Dentro de la Escuela 2.0 intervienen muchos factores y está claro que el alumno debe ser el protagonista.
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